3, 2, 1, ¡al cole!
Se acaban las vacaciones y llega ¡la vuelta al cole! Es el momento de retomar nuestros retos y coger fuerzas para un nuevo curso académico. También es época de volver a los buenos hábitos, dejando atrás los excesos del verano y poner nuestra salud a punto para empezar con la rutina.
El verano es época de relajación en todos los aspectos de nuestra vida, también en el bucodental. Sin embargo, este tipo de descuidos pueden pasar factura, pues nuestra boca y nuestros dientes son una de las partes de nuestro cuerpo que más se resiente. Tras la llegada de Septiembre, son numerosos los casos en los que se detectan, sobre todo, caries y gingivitis.
Quizá sea el momento ideal de realizar una revisión bucodental para toda la familia, pero son los niños los que más atención requieren. Es necesario fortalecer las rutinas de higiene bucodental que seguían durante el año pero que durante los meses de verano han dejado atrás. Por este motivo, el dentista realizará una revisión completa de sus encías (para detectar posibles patologías como la gingivitis), piezas dentarias y otros elementos de la cavidad oral, como la lengua.
Además de esta completa revisión, otros consejos a tener en cuenta, para asegurar la correcta vuelta a la higiene bucodental de los más pequeños son:
- Evitar el exceso de alimentos con azúcares e hidratos de carbono como pasteles, golosinas o bebidas gaseosas a la hora del almuerzo. En su lugar podemos poner frutas, zumos o frutos secos. De este modo, al mismo tiempo que cuidan sus dientes y encías, llevan a cabo una alimentación más sana.
- Es aconsejable que los niños lleven siempre consigo un kit de higiene bucodental con su cepillo, su pasta dentífrica y un colutorio. De esta forma, nos aseguramos que después de cada comida se cepillan los dientes. No está de más añadir que, si son demasiado pequeños, tratemos de evitar las pastas y colutorios con flúor o , al menos, hasta que sepan escupirlo bien.
- Por último, recordar que es aconsejable que se realicen revisiones bucodentales cada seis meses para llevar un control periódico y así evitar problemas mayores derivados de sus descuidos.
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