La ortodoncia en pacientes adultos
El tratamiento de ortodoncia en adultos es cada vez más común en nuestro país. De hecho, cerca del 50% de los pacientes están en la franja de edad entre 25 y 40 años. Los motivos de los pacientes para someterse a estos tratamientos son principalmente estéticos, pero los beneficios para su salud bucodental es mayor de la que creen.
Muchas veces, los tratamientos de ortodoncia en adultos suponen una elevada complejidad, que sumado a las particularidades propias de cada persona, hace que la duración del tratamiento sea diferente para cada caso. Normalmente, la ortodoncia en adultos dura entre 18 meses y tres años.
Existen 4 grupos de adultos que reciben el tratamiento de ortodoncia:
- Pacientes que no recibieron el tratamiento cuando eran jóvenes por falta de recursos económicos o porque su problema nunca fue detectado.
- Pacientes cuyos dientes y encías se han modificado por los cambios naturales a lo largo de los años.
- Pacientes que requieren un tratamiento de ortodoncia previo a tratamientos rehabilitadores, como implantes o coronas.
- Pacientes con enfermedades periodontales, cuyos dientes se han desplazado.
Por qué ponerse una ortodoncia en la edad adulta
Más allá de criterios estéticos, los problemas de dientes mal alineados y maloclusiones, pueden generar desgastes en piezas dentales y problemas de mandíbula que se acentúan con la edad. Por lo tanto, nunca es tarde para corregir estos problemas y disfrutar de una boca sana.
Los principales problemas que corrige una ortodoncia son:
- Apiñamiento: los dientes están mal alineados o mal posicionados. Esto afecta a la mordida y es estéticamente indeseable.
- Estrechez del paladar: se generan problemas funcionales y de ubicación de las piezas dentales.
- Sobremordida: los dientes superiores ocultan a los inferiores.
- Mordida abierta: los incisivos superiores e inferiores no entran en contacto y la mordida recae en los dientes premolares y molares.
- Espacios dentales: diastemas que aparecen si faltan dientes o son muy pequeños.
- Mordida cruzada: los dientes superiores encajan en la parte de dentro de los inferiores.
Tipos de ortodoncia
Dentro de los diferentes tratamientos de ortodoncia, hay dos tipos principales: las ortodoncias con brackets (también llamadas convencionales) y las ortodoncias ‘’invisibles’’. Los pacientes adultos eligen mayoritariamente los segundos, ya que generan menos molestias y estéticamente pasan desapercibidos.
En las ortodoncias con brackets, encontramos los brackets tradicionales metálicos, unidos por arcos y ligaduras. No son los más cómodos ni estéticos, pero sí suelen ser los más económicos. Un modelo más actual y estéticamente mejor es el de los brackets de zafiro. Son de cristal transparente y se adaptan al color del diente del paciente. Además no se tiñen con el color de las comidas y están más pulidos que los tradicionales, con lo que rozan la boca mucho menos y son más cómodos.
La opción más rápida es la ortodoncia con brackets autoligables. No lleva ligaduras (ni gomitas), ya que los brackets disponen de un anclaje que agarra el arco de alambre y permite que los dientes de muevan más rápidamente.
En las ‘’ortodoncias invisibles’’, contamos con las férulas transparentes, que se fabrican a medida para cada paciente. Se modifican cada quince días y son removibles, permitiendo al paciente comer y limpiarse los dientes. Es una opción higiénica y cómoda, pero también más cara.
La ortodoncia lingual es otra opción estética y también muy precisa, pero requiere de una técnica muy depurada. Está compuesta por brackets que se colocan en la cara interna de los dientes. Estos brackets son muy finos y no generan apenas molestias. Además, esta ortodoncia permite la limpieza profunda de la boca y es muy rápida en conseguir los resultados deseados.
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